Las primeras 2 carreras del año nos venían preparando para grandes premios llenos de controversias y emociones; sin embargo, la madrugada de este domingo pudimos presenciar lo que sin lugar a dudas fue la carrera más aburrida del año.
El tedio de pasadas temporadas, reviviendo la monotonía que vivimos en mundiales anteriores con el dominio contundente por parte del equipo Mercedes, no volvió en solitario; sino que esta vez, vino acompañado de la escudería Ferrari nuevamente dando órdenes de equipo, privándonos así de una batalla entre sus pilotos en pista y conteniendo un talento indiscutible como el de Leclerc, que en cada carrera demuestra no solo su indiscutible nivel de manejo, sino su madurez mental, que a la postre, a medida que avanza la temporada pone más en aprietos no solo a Sebastian Vettel, sino a los directivos de la escudería a los que se les puede volver insostenible la posición de proteccionismo para el piloto alemán.
Y no es que Mercedes no haya merecido el 1-2 en la carrera, o la posición de líderes que ostentan en el campeonato, es más, es de aplaudir su estrategia y el manejo de sus pilotos que incluso protagonizaron una parada espectacular en pits en “tandem” durante la vuelta 37, pero ese nivel de superioridad sobre las demás escuderías no ayuda al espectáculo por el que muchos madrugamos (o trasnochamos) para prender el televisor los fines de semana de grandes premios de la categoría.
Se rescata de la carrera número 1.000, la impresionante arrancada de Checo Pérez (ganó 4 posiciones antes de completar la primera vuelta); la excelente carrera que hizo Kimmi Raikkonen quien protagonizó sensacionales sobrepesos en pista; y un lance sobre Vettel realizado por Max Verstappen (más por gallardía que otra cosa), quien indiscutiblemente va mucho mas rápido que las posibilidades actuales de su Red Bull, monoplaza al que claramente son las manos de su piloto lo que lo pusieron en la cuarta posición al final de la carrera y que lo tiene en la tercera casilla de la tabla general de pilotos.
Esperemos que las decisiones y estrategias proteccionistas de Mattia Binotto con Sebastian Vettel no le vayan a salir muy caras a la escudaría Ferrari cuando se empiecen a hacer las sumas y restas de los puntos de sus pilotos al final de la temporada.