El Mini Clásico
El pequeño gigante que se roba todas las miradas
Siempre he sido un entusiasta de los carros, desde pequeño a los 4 años, mi papá me llevaba a las carreras en el Autódromo de Tocancipá a las afueras de Bogotá donde corría en diferentes categorías. Usualmente me quedaba con los mecánicos, tíos que iban a acompañar también a mi papá o con “Edgar” el hasta hoy fotógrafo oficial del Autódromo.
La pasión por este tema se despertó muy temprano y aunque hoy en día no tengo mucho contacto con este mundo, profesionalmente hablando, cosa que me hubiese encantado, en lo personal si trato que viva en mi cotidianidad. Uno de mis mejores amigos es piloto activo, mi mejor amigo tiene un Mini Cooper 1992 quien a propósito influyó bastante en la compra del mío y mi papá, aun alimenta una colección de carros (a escala) en su casa, donde sin exagerar puede haber unos 2000 carritos entre autos de calle, Fórmula uno, Nascar, dragsters, clásicos, entre otros.
Dentro de esa colección hay un espacio reservado para una marca en especial, el Mini Clásico. El viejo tiene uno de escala 1:1 y logró su sueño de pequeño a los 64 años (Nunca es tarde para cumplir los sueños, me enseñó) y esa historia entre el Mini Clásico y mi papá, hizo que yo le tomara un cariño especial a la marca, por lo que comencé mi búsqueda para hacerme al mío.
Muchos me decían, por qué tanto interés en ese carrito tan pequeño, con olor a gasolina por todo lado, incomodo y hasta peligroso, porque no un BMW, Mercedes, tantos clásicos que hay, pero yo pensaba, ninguno como el Mini Clásico.
Pero acá no se trata de contar mi vida, que también me gustaría hacerlo en alguna otra oportunidad, hoy estoy acá para escribir sobre una emoción o estilo de vida que llegó relativamente hace poco a mi vida.
En 2016 tomé la decisión de buscar un proyecto, algo ya adelantando de un Mini Clásico, por presupuesto no pude llegarle al Mini Cooper ensamblado en Inglaterra como muchos entusiastas de esta icónica marca suelen añorar, así que busqué un Mini Cord. La diferencia básicamente entre uno y otro es que el Mini Cord fue ensamblando en una fábrica en Venezuela llamada Facorca (Fábrica Cordillera de Carrocerías) entre 1991 y 1995, donde aproximadamente se producían 6 carros al día.
Sus características principales es que es un vehículo cuya carrocería es en fibra de vidrio, mas no en lata como los ensamblados en Inglaterra, el resto de las partes son muy similares, la mecánica, parte eléctrica, suspensión, transmisión, muy similares en general.
Lo cierto es que en diciembre de 2019 logré el objetivo y me hice de un pequeño gigante, como algunos solemos llamar a estos ejemplares, la felicidad curiosamente no solo fue mía, comenzando por mi casa, mi hijo en particular de un año y medio en ese momento, no quería bajarse del carro la noche que lo traje a la casa y de ahí en adelante, familiares, amigos y personas que lo ven en la calle, sonríen, comentan, en fin, es toda una experiencia conducir un Mini Clásico, puede ser lo más cercano a manejar en un go kart, pero con techo y puertas. Su rigidez y distancia del suelo hacen que se sienta absolutamente todo en la carretera, por eso la sensibilidad con que se debe conducir es muy precisa, así como la concentración que se debe tener.
En el proceso de compra del Mini, intervino bastante mi esposa, a quien no es que le gusten mucho los carros, pero si le gusta verme feliz. A manera de anécdota, me acuerdo mucho buscando un Mini, llamamos a una persona que vendía uno y mi esposa por teléfono le dice: Señor, estoy interesada en el carro viejo que vende, a lo que el señor amablemente le responde, señora primero no es un carro viejo, es un clásico……. Risas.
El Mini clásico obtuvo el reconocimiento del auto del siglo XX según Autocar Magazine 1995, su producción comenzó en 1959 en Inglaterra y el ultimo Mini de carrocería clásica salió de la fábrica en el 2000. Su diseño y prestaciones han dado de que hablar a lo largo de la historia, su creador Sir Alec Issigonis (1906-1988) de origen turco, le encomendaron la misión de diseñar un carro muy económico y de bajo consumo para aprovechar un nicho de mercado descubierto en Inglaterra y sobre llevar la crisis del Canal del Suez, lo cual restringió la entrada de petróleo a la isla británica y su éxito no se hizo esperar. La acogida primero por parte de la prensa, donde en uno de los lanzamientos, a los organizadores se les dificultó mucho bajar a los periodistas de los pequeños autos en los test drive, hasta el mismo mercado en general vio al Mini como el vehículo familiar, divertido y económico que se requería en aquella época.
Una parte de la historia del Mini clásico que más me gusta en particular, porque siempre me ha gustado todo lo que tiene que ver con Motorsport, es la participación y campeonato del Mini en el rally de Montecarlo 1964/1967, en manos del Irlandés Paddy Hopkirk con el número 37, desafió a grandes fabricantes como los Mercedes Benz 300 SE, Volvo 544, Citroen DS19, Ford Falcon, Volkswagen 1500 entre otros y quienes vieron como este pequeño lograba cruzar en las curvas mucho más rápido que los demás, esto hizo que la marca BMC (British Motor Corporation) tomaran aún más fuerza en los mercados a nivel mundial.
La verdad es mucha historia la que hay tras el Mini Clásico, donde sin duda ameritaría mucho más espacio para profundizar. Por mi parte solo espero tener la oportunidad de conservar el que tengo para que mi hijo pueda también disfrutarlo tanto como yo y así también se lo deje a su hijo y hacer que esta historia del Mini clásico, perdure por varias generaciones.